"We have to find room in our contemporary world view for persons,with all that that it entails; not just bodies, but persons.And that means trying to solve the problem of freedom,finding room for choice and responsibility...and trying to understand individuality"-Waking Life

viernes, 17 de octubre de 2008

El complejo latinoamericano

Perdimos el derecho de llamarnos americanos…Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos. Nosotros habitamos a lo sumo una sub América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación”- E. Galeano

La memoria de América ha sido mutilada por el racismo. Seguimos actuando como si fuéramos hijos de Europa, y de nadie más

"La maligna herencia colonial aún persiste" (Por pedazos)
Por: Juan C. Alfaro

¿Por qué se le sigue llamando el “día de la raza”? ¿Por qué se sigue festejando este día?

Sin lugar a dudas la memoria latinoamericana sufre de una gran distorsión; una manipulación diseñada por los conquistadores llegados a esta tierra hace más de cinco siglos y que aún persiste en el imaginario colectivo latinoamericano. La historia que prima es la de los vencedores, que fue alimentada y es sostenida por las oligarquías criollas dirigentes que forjaron los estados-nación a imagen y semejanza de Europa.

Después de más de tres siglos de la Conquista y la Época Colonial, a comienzos del siglo XIX y después de las llamadas luchas por la independencia, el escenario latinoamericano tuvo un cambio significativo. Sin embargo, en los procesos revolucionarios, uno de los problemas fundamentales a cuestionarse es el concepto de patria: para el negro esclavo, para un criollo rico, para un español realista y monopolista, para un mestizo o para un indio no incorporado al sistema manejado por los blancos.

(...) Existen dos posturas al respecto. Por un lado, están los que sostienen que la verdadera historia de América Latina empezó con la llegada de españoles y portugueses y la conexión con el mundo occidental. Por el otro, están los que sostienen que la historia se remonta a las civilizaciones prehispánicas y a sus descendientes, los pueblos indígenas -y no en los herederos contemporáneos de los conquistadores- que todavía hoy marginan y explotan los primeros.

(...) De ese modo, nuestro camino fue formado a merced de las potencias de turno, a merced de ideologías y designios externos. Después de la colonización española, tras lograr la “independencia” y consolidar los estados nacionales, la atmósfera latinoamericana se sumergió en el semicolonialismo o preimperialismo liberal, donde Gran Bretaña y Francia asumieron el papel de sucesoras de España y Portugal.

Alrededor de 1850 se inicia una tercera etapa, la del preimperialismo financiero, donde Gran Bretaña y Francia exportan hacia América Latina no solo mercancías sino también capitales, y Estados Unidos comienza a imitarlos en menor cuantía después de finalizar su Guerra de Secesión.

Finalmente, alrededor de 1880, se implantó la etapa del imperialismo plenamente desarrollado, basado en el monopolismo, la hegemonía del sector financiero sobre los demás sectores.



El imperialismo estadounidense fue producto del proceso de desarrollo capitalista acelerado que se inicio después de la Guerra de Secesión. Los encargados del poder económico del país del norte se sintieron dirigentes de un pueblo elegido, portadores y ejecutores del “Destino Manifiesto” que impulsaba a Estados Unidos hacia la jefatura de las naciones.

Cuanta razón tiene Galeano, cuando describió esta situación así: “Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar las prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos”.

Una vez hecho un breve repaso del largo trecho caminado por América Latina a lo largo de su historia dentro el marco político-económico y su relación-dependencia en cuanto a los Imperios de turno, ha llegado el momento de indagar en un factor muy importante que muchas veces es obviado por grandes autores, y que es necesario a la hora de entender porque nuestra región esta sumergida en el retraso, el subdesarrollo y la sumisión ante los centros de poder.

Dicho factor tiene un carácter mental y psicosocial que fue el legado perverso que nos dejó la conquista y la colonia, y que aun en estos días esta presente en el inconsciente colectivo de las sociedades latinoamericanas, gran motivo por el cual el despertar de la región todavía no ha sido total.

(...)El complejo latinoamericano nació con la llegada de los españoles a suelo americano y se dispersó, alojándose en la mentalidad de los latinoamericanos, desde la conquista hasta nuestros días. En ese sentido la mentalidad europea es un factor determinante a la hora de analizar el complejo latinoamericano. Cuando los europeos llegaron al continente, traían en su haber centurias de años de relaciones de explotación, de invasiones, de torturas, de masacres, de irrespeto por la vida y el prójimo. Cobijados bajo la religión cristiana jamás cuestionaron nada de estas atrocidades, sino que, por el contrario, las apoyaban “en el nombre de Dios”.

El periodista, Juan Carlos Rodríguez sostiene que la relación entre el conquistador español y el nativo americano recayó en un discurso del “tú eres un pecador, un indigno, un don nadie en el que no se puede confiar”, como si el hecho de que ellos se autodefinieran como hijos de Dios y mediante esta ideología manifestaron que el que no abrazara el cristianismo no era humano, sino era animal, salvaje, primitivo, bárbaro; lo que justificaba y otorgaba el derecho de disponer del otro como mejor les pareciera.



Para seguir con el desarrollo de este complejo, se puede decir que con el acontecer del tiempo, el control europeo sobre la voluntad de sus descendientes y del nativo americano se sofisticó. Mediante el concepto de civilización se sostuvo en el colectivo humano que el antiguo invasor era gente civilizada a imitar. De ese modo la mentalidad del hombre latinoamericano se colocó en una posición de inferioridad con respecto al hombre europeo y más tarde al hombre estadounidense, heredero imperialista de los primeros.

El pensamiento latinoamericano se reflejó en un sentimiento de querer ser como los europeos y/o los estadounidenses, y esto quizás provocó en la mentalidad latinoamericana la baja autoestima de considerarse menos que ellos. Desde las enseñanzas en la escuela, el precepto a inculcar fue el cuento de que los europeos y, posteriormente, los estadounidenses eran gente civilizada y con un desarrollo cultural superior. Olvidando muchas veces el pasado de la región en torno a culturas altamente desarrolladas como los Mayas, los Aztecas o los Incas, solo por mencionar unos cuantos.

La reproducción de la jerarquización de las relaciones humanas en términos de “superior-inferior”; reproduciendo el “yo soy-tú no eres”; “yo no soy esclavo-tú eres esclavo”; y el hecho de excluir y desechar la cultura del otro derivó en un auto concedido derecho a invadir; esclavizar; torturar y arrebatar al otro, sostiene el periodista José Del Grosso.

En este marco, la situación de América Latina se sumergió en un criterio de superioridad-inferioridad en cuanto a su relación con Europa y Estados Unidos. Mediante el poder político, económico, militar, cultural y psicológico las potencias de turno inventaron maniobras de dominación en casi todo los sentidos. Una especie de colonización mental fue un factor determinante para que estos países impusieran su ciencia, su visión del mundo, su cultura, sus recetas económicas y el espejismo de la tecnología.

"Los imperialistas europeos y estadounidenses se han valido del concepto teórico de civilizado para lavarnos el cerebro, mientras que en la práctica ha significado la imposición de la ideología de la dominación”.-Del Grosso

domingo, 5 de octubre de 2008

George Carlin - Proud to be an American




Analysis: Debunking the American Dream (a fragment)
Written by Mac Diva
(...) Dirtgrain has been influenced by law professor Lani Guinier's thoughts on the relationship between race and class.

What this tells us is that race and racism are much more complex phenomena than individual prejudice, individual skin color or individual mobility. Race is more than what you look like and racism is more than what you, as an individual, think or feel about others. Racism is a political, social and economic phenomenon that is used to support a social and economic hierarchy constructed to keep some people "in their place" at the bottom and others on the top. Racism drives the narrative explaining and justifying the stratification of society and ensuing inequities in resource distribution. Unraveling this story involves linking race to power because those in power are telling the story. And the story they tell is designed to hide their power and privilege.


George Carlin- "Rights"

Sobre el antiamericanismo

"Reflexión sobre el antiamericanismo" (Fragmento)
Por: Juan Manuel Vera

El antiamericanismo,(...) es un ingrediente inscrito profundamente en la conciencia de mucha gente progresista o de izquierdas, aunque también está presente en algunas ideologías conservadoras y en la extrema derecha. Por otra parte, sus expresiones son muy variadas, desde la ridiculización (el yanki-come-chicle) a la demonización permanente de la política estadounidense (como si Roosevelt, Clinton, Reagan o Bush sólo fueran variaciones sobre el mismo tema).

Un análisis de sus causas y significados sería bastante complejo. Por ejemplo, en España, el antiamericanismo tiene raíces profundas tanto en la derecha conservadora como en la izquierda. En la derecha esas fuentes podrían rastrearse en las consecuencias ideológicas de la guerra de Cuba, en la alineación moral junto al Eje del régimen franquista durante la Segunda Guerra Mundial y en la repugnancia de la derecha tradicional española respecto al liberalismo estadounidense.

En cuanto al antiamericanismo de la izquierda, en España y en cualquier otro lugar, creo que sus antecedentes más fecundos deben intentar localizarse en la guerra fría. Pensar que fuerzas tan influyentes en las conciencias de varias generaciones como los partidos comunistas, alineados junto a la URSS frente a EEUU, grandes productores de ideología antiamericana, no hayan producido efectos persistentes en las formas de comprender el mundo, sería una gran ingenuidad.

Las heridas no cerradas pueden infectarse. Y el estalinismo, esa terrible herida del siglo veinte, sigue abierta, como un foco de infección. Una de las herencias del estalinismo es un antiamericanismo izquierdista ciego y sordo, que sólo produce impotencia política y bloquea las conciencias de la gente progresista, haciéndoles creer que ser de izquierdas es ser antiamericano, en lugar de identificarse con la defensa de la libertad y la igualdad en cualquier lugar del mundo.

No creo que fuera necesario, pero voy a dejar claro que considero inaceptables y rechazo radicalmente determinadas expresiones de la política de EEUU en el pasado y en el presente. Es legítimo condenar, y hay que hacerlo radicalmente, el actual proyecto de Bush de poner en marcha tribunales militares anti-terroristas sin garantías suficientes. Esos procedimientos excepcionales son una vulneración de la democracia liberal americana, que parece tomar ejemplo de los viles procedimientos ordinarios empleados en China, Cuba y algunos regímenes islámicos.

El centro de mis motivos para, sin embargo, negarme a ser anti-norteamericano, es que rechazo totalmente que se pueda considerar a Estados Unidos como una categoría unitaria. Su sociedad, su historia, la política de sus gobiernos, son realidades complejas en las que lo progresista y lo reaccionario, como en todas las sociedades, deben separarse mediante el análisis y no pueden concebirse mediante categorías metafísicas. EEUU tiene una historia de esclavismo y una presencia real del racismo, ha sostenido a dictadores en el pasado, ha cometido crímenes de guerra durante la Segunda Guerra Mundial o en la guerra de Vietnam... Es cierto. Pero también lo es que EEUU es una de las patrias del liberalismo democrático, que ha contribuido a extender la idea de libertad por el mundo, que nunca ha tenido colonias, que ha contribuido a salvar a Europa del nazismo y contuvo el expansionismo soviético, también en Europa, o que ha contribuido más que nadie a que Milosevic no sea ya el señor de los Balcanes. EEUU es el racismo sudista, pero también la patria de la filosofía de Dewey, es el integrismo religioso de la Nueva Derecha, y, también, la cuna del gran cine clásico que amamos. ¿Y bien? No puedo mirar el mundo, sea EEUU, Europa o España, con lentes equívocas que me ciegan y obstruyen mis focos de visión. No puedo ser anti-norteamericano porque sería tanto como rechazar parte de mis propias raíces culturales y políticas. Lo que tenemos que hacer respecto a EEUU, como respecto a cualquier otro gobierno o sociedad, es apoyarle cuando son víctimas del terror, cooperar con sus fuerzas progresistas, y rechazar cualquier política o actuación contraria a los principios de libertad y de igualdad.

Mentalidad colonial

Mentalidad colonial
Por: Wikipedia la enciclopedia libre

Orígenes
Cuando una potencia colonial es fuerte, y no puede ser resistida con eficacia, una población puede a menudo verse obligada simplemente a aceptar el dominio extranjero como realidad ineludible. Con el paso del tiempo, estos nativos colonizados comenzarán a imitar a los extranjeros en el poder al tiempo que comienzan a percibir la "manera extranjera" de hacer las cosas y de actuar como diferente. Puesto que el extranjero está en el poder, la manera extranjera viene ser considerada como la "mejor manera", y tiende a tenerse en más alta estima que las maneras nativas anteriores.

De la misma manera y con el mismo razonamiento de "mejora", el colonizado pronto compara la línea racial del extranjero como superior a la nativa propia. El nativo pronto se esforzará en mejorar su status social mediante el matrimonio, para así dar sus hijos una calidad de vida mayor que la que pueden aportar sus propios genes.

Mentalidad colonial en Hispanoamérica
La mentalidad colonial puede verse igualmente a lo largo y ancho de Hispanoamérica. Sin embargo, a pesar de existir una minoría grande (el 30%) de hispanoamericanos de ascendencia española pura, la realidad demográfica de Hispanoamérica es que mucha de su población se compone de una mayoría de origen amerindio y mestizos (caucásico/amerindio) o mulatos (caucásico/negro) que juntos suponen aproximadamente más del 50% de la población total.
En Hispanoamérica, el "ideal de belleza" no es aquel de ascendencia europea mezclada -como es la realidad de la mayoría de los latinoamericanos- sino el europeo puro. Así, la industria latinoamericana del entretenimiento está saturada de
criollos europeos y presenta muy pocos mestizos, prácticamente ningún mulato, y mucho menos negros puros o amerindios.
Esto ha llevado a una situación de falsificación étnica entre muchos latinoamericanos. Sin embargo, en contraste con la experiencia filipina donde la mayoría son malayos nativos puros entre los cuales existe una cierta tendencia a reclamar un status de sangre mezclada con español u otro europeo, en latinoamérica lo normal es ser mestizo, así que la falsificación se concentrará en intentar disminuir u ocultar cualquier rasgo no europeo. Algunos reclamarán a menudo en falso ser europeos puros (dado que España no fue el unico país en tener colonias en America)en sus intentos de encajar en el pedigrí idealizado dictado por su jerarquía socio-racial, implantado por la
oligarquía.

Una broma común en los
Estados Unidos, tanto entre hispanos como no hispanos, es la presencia de más presentadores rubios y de ojos azules en cadenas de televisión de idioma español con base en ese país tales como "Telemundo" y "Univisión" que en las cadenas públicas generales en inglés tales como "NBC" o "CBS". En México la broma se hace sugiriendo la retitulación de "TV Azteca" como "TVBlanca", porque en un país de más de 100 millones de habitantes, de los cuales el 60% son mestizos, el 30% indígenas y el 9% europeos, casi todos los presentadores son descendientes de europeos, con casi ningún mestizo y absolutamente ningún nativo de los cuales la cadena saca su nombre, los aztecas.

En realidad, la abundancia de mujeres rubias en la televisión o en cualquier otro
medio de comunicación latinoamericano no solo es una consecuencia de la colonización europea de América (ej. Historia de España en América). Es más bien una consecuencia de la influencia de los medios de comunicación estadounidense que imitan, como el formato periodístico o el modelo de mujer blanca, alta y rubia.

La mentalidad colonial en los medios de comunicación no se limita a los programas, en los comerciales también es prominente la aparición de personas blancas, incluyendo los bebes, como el caso de la publicidad de pañales, leche u otros productos infantiles que suelen poner a un niño rubio con ojos azules, rara vez un moreno (blanco), nunca un mestizo y menos un negro.
En el ámbito político uno de los ejemplos recientes de la influencia de la mentalidad colonial es el sucedido en Perú con la
primera dama judía de origen europea Eliane Karp, que ocupó tal posición casándose con el candidato ganador en las elecciones de ese país en el año 2001. Como trauma del sometimiento colonial o como complejo de inferioridad política, se piensa con alienación crónica que todo lo que viene de las grandes metrópolis tiene asegurado su calidad. La piel blanca y los ojos azules o verdes, confiere no una diferencia normal entre los seres humanos, sino una especie de título de superioridad. Si la alienación, como patología de la personalidad es un lastre pesado de cargar, lo es peor en el aspecto político-social en cuyo terreno se utiliza para manipular a la población. Así, en esa combinación de alienación y ambiciones políticas de bajo fondo, la señora Karp ha jugado el rol de la «gringa», inteligente, sabia, bella y radiante como un personaje de ficción. No han sido pocos los políticos y periodistas que perdieron la cabeza por este fenómeno del género humano.